China decidió no tener una mascota, sino cinco, llamadas
Fuwa. Una por
cada aro olímpico. Relacionadas a la mítica cultura
china.
Beibés.En
la cultura y el arte chino, los peces y el agua
representan prosperidad. Beibés. un pez bebé representa
la bendición de la prosperidad. Ornamentado con líneas
referentes al agua, tomadas de pinturas antiguas. Esta
mascota, será conocida por ser suave y pura. Fuerte en
la práctica de deportes acuáticos y representa el azul
de los anillos olímpicos.
JingjingEste
oso panda bebé supuestamente lleva la felicidad a donde
quiera. Una encantadora ingenuidad. Como un tesoro de
china y especie protegida, este oso panda lleva con sigo
el simbolismo de la protección del medio ambiente. La
relación armoniosa entre el hombre y la naturaleza.
Representa el aro negro y a un atleta de resistencia.
Huanhuan
Sería el hermano mayor de esta historia. Es un niño de
fuego que simboliza la llama olímpica y a la pasión por
el deporte. Oficialmente es la encarnación del espíritu
olímpico y inspira a todos a correr más rápido, saltar
más alto, etc. Los ornamentos de fuego fueron extraídos
de los murales de Dunhuang. Huanhuan es entusiasta,
excelente en todos los juegos de pelota y representa al
rojo de los aros.
Yingying
Dice ser un antílope. Rápido y ágil. Un símbolo de la
inmensidad del paisaje de la china. Es la captura de la
esencia de
Qinghai-Tibet Plateau,
uno de los primeros animales sometidos a
protección en china. Fuerte en la pista. Yingying es
rápido, ingenioso y ágil y representa al aro de color
amarillo.
NiniNini está
inspirada en las cometas que tradicionalmente remontan
los niños cada primavera. Sus alas doradas simbolizan el
cielo infinito y la propagación de la buena suerte. Es
tan inocente y alegre como una golondrina. Es fuerte en
la gimnasia y representa el aro verde.
Las aventuras de Fuwa
Las
tiernas mascotas olímpicas relacionadas con tragedias
PEKÍN, China (EFE)
Un pueblo tan supersticioso como el chino no podía permanecer
pasivo ante la oleada de desastres que está viviendo el país
asiático y que la población relaciona con lo que ya se conoce
como "la maldición de los Fuwa" , las cinco mascotas olímpicas.
Beibei, un pez; Jingjing, un oso panda; Huanhuan, un fuego;
Yingying, un antílope tibetano; y Nini, una golondrina, han sido
relacionados con las catástrofes y revueltas que asuelan a China
desde que dio comienzo su año olímpico.
Según esta creencia, el antílope Yingyin representa las
revueltas tibetanas de marzo; Huanhuan, la antorcha olímpica,
cuyo relevo internacional fue interrumpido una y otra vez por
defensores del Tíbet; Jingjing, el panda, tiene su hábitat en
Sichuan, devastada por el terremoto de este mes.
La relación de la golondrina Nini con el accidente de tren de
Shandong en abril es bastante tangencial, pero los creyentes
identifican la tradicional cometa pequinesa en forma de
golondrina con la cuna de las cometas chinas, en Weifang, una
ciudad de Shandong.
El pez Beibei es una incógnita para unos y para otros explica
las potentes nevadas de enero, las peores en medio siglo, ya que
el pez representa al sur del país, donde se concentra la
producción pesquera, y la zona que más sufrió las heladas.
"Aún faltan los desbordamientos del Yangtsé" , vaticinó a Efe
una pequinesa afectada por la continua emisión de imágenes de
muertos en la televisión.
Así, para los más agoreros, la maldición de Beibei se
manifestará con una inundación de la cuenca del río Yangtsé,
cuyos periódicos desbordamientos por las lluvias de verano dejan
cada año cientos de muertos desde que se tiene memoria escrita
en China.
La "maldición de los Fuwa" se susurra en las calles y los foros
de internet, mientras la cifra de muertos y desaparecidos por el
destructivo seísmo de hace quince días supera los 86 mil.
Sin embargo, para la optimista "blogera" Xiao Xiao, "los cinco
retos que planteaban los Fuwa ya han sido superados. China se va
a levantar" , asegura en su bitácora la improvisada pitonisa.
"Cuando el ser humano afronta algo que no puede controlar, acude
a fuerzas sobrenaturales que, en definitiva, son el origen de
cualquier religión" , declaró el catedrático de Sociología Xia
Xueluan.
"Los chinos tienden a ver estas calamidades como una
intervención divina, una tendencia acentuada por la ausencia de
religión actual. Aunque ahora vivimos en una sociedad
científica, la gente sigue sintiendo pánico ante las fuerzas de
la naturaleza. Esa es la base para divulgar religiones y
supersticiones" , explica Xia.
Las supersticiones que intentan dar una explicación a la
catástrofe no terminan en el olimpismo, sino que se extienden
por creencias más arraigadas en China, como el Budismo y la
numerología.
Para algunos tibetanos, en el centro de la atención
internacional por las revueltas de marzo, el terremoto de
Sichuan, cuyo epicentro se localizó en un área de etnia
tibetana, es un castigo para China después de haber llevado la
antorcha olímpica hasta el Everest, un monte sagrado para los
tibetanos.
Otros budistas (religión mayoritaria en la China aconfesional)
consideran de muy mal agüero el hecho de que el sismo de Sichuan
se produjera el día del cumpleaños de Buda, que se celebra en
Asia el octavo día del cuarto mes del calendario lunar, que este
año fue el 12 de mayo.
Los más aficionados a la numerología no dejan de hacer sonar sus
ábacos con la teoría de que las tres fechas de las catástrofes
más importantes (25/1 para las nevadas, 14/3 para la revuelta
del Tíbet y 12/5 para el seísmo) suman "8" , el número de la
buena suerte en China, escogido por ello para los Juegos de
agosto.
La ceremonia inaugural dará comienzo a las 8 de la noche del 8
de agosto de este año 2008, una fecha escogida por los
organizadores con la intención de propiciar una buena suerte que
parece haberse tornado siniestra para el país, opinión que
comparten tanto crédulos como escépticos.